sábado, 27 de octubre de 2012

ELA: Tratamiento

Si hablamos de la cura lamentablemente debo de decir que No existe cura y tampoco un tratamiento específico solo tratamientos de apoyo que puede ayudar a los pacientes a estar más cómodos al igual que a mantener su calidad de vida.
El medicamento riluzol (Rilutek), el único medicamento recetado aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE.UU. para tratar ELA, prolonga la vida 2 o 3 meses pero no alivia los síntomas.
El medicamento reduce la producción excesiva del glutamato, que transporta señales a las neuronas motoras. Los científicos creen que demasiado glutamato puede lesionar las neuronas motoras e inhibir la señalización nerviosa.
Otros medicamentos pueden ayudar con los síntomas. Los relajantes musculares como el bacloféno, tizanidina, y las benzodiazepinas pueden reducir la espasticidad. El glicopirrolato y la atropina pueden reducir el flujo de saliva. La quinina o la fenitoína pueden disminuir los calambres. Los anticonvulsivos y los antiinflamatorios no esteroides pueden ayudar a aliviar el dolor, y pueden recetarse otros medicamentos para tratar la depresión. A menudo los tranquilizantes ayudan con los problemas para dormir. Algunos pacientes con síndrome de post-polio contraen apnea del sueño (una enfermedad con peligro potencial para la vida caracterizada por interrupciones de la respiración durante el sueño), que puede tratarse con terapia descongestiva, respiración asistida nocturna, o cirugía para quitar cualquier bloqueo de las vías aéreas. Los ataques de pánico por miedo a la muerte por asfixia pueden tratarse con benzodiazepinas. La toxina botulínica puede usarse para tratar los espasmos mandibulares o el babeo. La amitriptilina y otros medicamentos anticolinérgicos pueden ayudar a controlar el exceso de babeo. Algunos pacientes tal vez requieran medicamentos más fuertes como morfina para enfrentar las anormalidades musculo esqueléticas o el dolor, y los opiáceos se usan para brindar cuidado final en las etapas terminales de la enfermedad.
La fisioterapia, la terapia ocupacional y la rehabilitación pueden ayudar a mejorar la postura, prevenir la inmovilidad articular, y retrasar la debilidad y la atrofia musculares. Los ejercicios de estiramiento y de fuerza pueden reducir la espasticidad, aumentar el rango de movimiento, y mantener el flujo circulatorio. Algunos pacientes requieren terapia adicional para las dificultades del habla, la masticación y la deglución. La aplicación de calor puede aliviar el dolor muscular. Los dispositivos de ayuda como soportes y aparatos ortopédicos, sintetizadores de la voz y sillas de ruedas pueden ayudar a algunos pacientes a retener su independencia.
La nutrición adecuada y una dieta equilibrada son esenciales para mantener el peso y la fuerza. Algunos pacientes que no pueden comer o tragar pueden requerir la inserción de un tubo de alimentación. Los pacientes tal vez necesiten también respiración asistida debido a la debilidad muscular en el cuello, la garganta y el tórax.


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